PARA TRABAJAR CON LA IRA Y EL RENCOR
Vivimos en un mundo agitado donde parece que los motivos para la ira y el rencor aparecen y se multiplican por todas partes. Es algo así como una carga que nos abruma y que demanda una aportación continua de atención y energía. Este tipo de odio vinculado a acontecimientos recientes y actuales y el rencor que alimenta se convierten en importantes factores que contribuyen al aumento del conflicto interpersonal, al deterioro de las relaciones y a una mayor animosidad entre la gente
LA IRA
La ira es una emoción natural y normal. En muchas situaciones es sana y la manera apropiada de reaccionar en ese contexto. Es una respuesta emocional ante una injusticia real o imaginaria, pero muchas veces la gente entra en ira porque simplemente las cosas no funcionan como le gustarían. La ira toma así lugar en el presente cuando la vida no va no va de la manera que “debería”. De esta forma la ira genera un efecto corrosivo, se convierte en una batalla contra la realidad del momento presente, un rechazo a aceptar las cosas como son. Como decía Mark Twain “la ira es un ácido más peligroso para el vaso que lo contiene que par a aquel al que se le arroja”
Con frecuencia se convierte en una emoción secundaria. Toma forma instantáneamente e inconscientemente en respuesta a algo o a alguien que evoca sentimientos de daño, dolor, miedo o de que no es apropiado para ese momento. Cuando la mayor parte de la gente experimenta esas emociones primarias se sienten vulnerables y su atención y energía están focalizadas en el interior. Para una mayoría esta manifestación de vulnerabilidad crea tal nivel de estrés que las emociones subyacentes se transforman de manera automática en ira.
La ira ejerce su función para varios propósitos defensivos
*Funciona como un escudo que desinfla la incomodidad de emociones primarias de manera que puedan ser evitadas o mantenidas a distancia
*Aporta un sentimiento de poder y control, aunque sea falso.
*Enfoca directamente afuera para identificar chivos expiatorios (individuos, grupos, instituciones) Casi siempre es más fácil y cómodo enfocar las acciones de los demás que dirigirse hacia las de uno mismo.
EL RENCOR
El rencor está muy íntimamente relacionado con la ira. Son sentimientos negativos, básicamente un deseo enfermizo contra alguien o algo que tienen sus raíces en el pasado. Es re-experimentar injusticias pasadas, reales o imaginarias, y el viejo sentimiento asociado a ellas. Se forma cuando alguien se irrita contra una persona, una institución, o una situación y de manera constante queda enganchado en esa ira.
Hay gente que mantiene rencores durante años negándose conscientemente a dejarlos ir. A medida que pasa el tiempo, cualquier cosa que sea que cause el odio original y lleve al rencor, puede ser olvidado, mientras el rencor persiste como una, todavía humeante, brasa después de que las llamas de la hoguera ya se hayan extinguido. El fuego ya no vive, pero la brasa continúa caliente y con el riesgo de reavivar el fuego hasta que quede definitivamente extinguido.
Existe un dicho del saber popular que nos informa de que cuando uno siente rencor hacia alguien directamente se convierte en su esclavo, cuanto más fuerte sea el rencor, más tiempo vas a gastar pensando en ello y consecuentemente presa de la ira conectada a ese rencor. Es una forma de atadura menta emocional y espiritual. Definitivamente, la persona que mantiene ese rencor es la que más sufre. En la línea de lo que die el refrán:” mantener un rencor es como querer matar a alguien y beberte tú el veneno”.
Aunque hay situaciones en las que la ira y el rencor son apropiadas y justificadas, a menudo en ellas se van construyendo las bases para la creencia errónea de que los demás deberían siempre hacer lo que nosotros queremos que hagan. Si tú te das permiso a ti mismo para sentirte o ponerte irritable o rencoroso siempre que las cosas no se ajusten a tus pretensiones, entonces lo que estás haciendo es otorgando a otros el control de tus sentimientos. Podríamos decirlo metafóricamente es como si tu pasases el mando para cambiar los canales de tu televisión a otra persona. Si tus sentimientos dependen directamente de cómo otros se comporten, entonces les estás facilitando el control remoto de sobre tus emociones.
Hay una serie de estrategias que tú puedes poner en práctica para manejar tus sentimientos de ira y rencor de la manera más sana posible
1-Trata de identificar y permitirte a ti mismo experimentar las emociones que están siendo los soportes de ese sentimiento- a menudo el dolor o el miedo-. Esfuérzate por sentirlas en el momento presente y acepta la vulnerabilidad que tren consigo
2-Practica
el estar conscientemente presente con tu ira y tu rencor. Obsérvalos.
Date permiso para simplemente estar con ellos. Trata de mantenerlos
un momento y luego visualízate separándote de ellos, poniendo
espacio entre ellos y tú. Ahora trata de identificar lo que sientes
3-trata de descubrir de qué manera tú mismo pudiste haber contribuido a generar ese sentimiento y esas emociones. Hazte consciente de que todo el mundo (tú incluido) tiene un papel en la creación o el mantenimiento de circunstancias que luego vie con ira o rencor.
4- Practica el comunicar abiertamente los sentimientos que te embargan de ira y rencor de manera diferenciada. Comparte estos sentimientos con gente que te ofrezca seguridad y confianza. Lleva un diario o escribe acerca de ellos. Permítete descargar la energía inherente a ello por medio de la actividad física y el deporte. Si te es posible implícate en actividades que promuevan la justicia social u otras formas de activismo no violento
5-aprende y practica relajación y otras técnicas de calma, y autorregulación emocional. Un amplio repertorio de técnicas nos valen: respiración consciente, mindfullnes, meditación Qi Gong, relajación progresiva…
6- Aun aceptando la dificultad, esfuérzate por tratar a la gente por la que sientes ira o contra la que guardas algún rencor con calidez, afectuosamente y con compasión. Percibe lo que ocurre dentro de ti cuando tú cambias la manera de relacionarte con ellos. Es altamente probable que descubras como cambia también el comportamiento de ellos hacia ti.
7- Niégate a la presión por convertirte en un canal para la ira o el rencor de otros. La ira y el rencor que alimentan otros tienen un punto de seducción, un algo magnético. No entres al trapo, niégate a ser parte de esa negatividad y de chismorreos. Encuentra la fórmula que mejor te funcione para recordar esto cada vez que lo necesites.
8- Trata aplicar el descubrimiento de que a no ser que cambies tu manera de entender el pasado, va a seguir funcionado como lo está haciendo hasta ahora. No es necesario que te guste lo que está pasando ahora mismo, o lo que ocurrió en el pasado para aceptarlo. La aceptación liberará capacidad de atención y energía de las garras de la ira y el rencor haciendo que dispongas de más recursos para usar en el presente.
Traducido
libremente a partir de Dan Mager, MSW
Author of Some Assembly Required: A Balanced Approach to Recovery from Addiction and Chronic Pain.
https://www.youtube.com/watch?v=_mJKQVcfqUc.