EL MIEDO CURA
Las familias, en realidad cultivan el miedo en los niños, a partir de la idea de que esa es la única manera de estar a salvo, el miedo te protegerá.
La mayoría de nosotros que sentimos que no tenemos el suficiente valor para enfrentarnos a nuestros miedos, quizás tenemos mucho más del que pensamos. Si tienes muchos miedos, tienes que echar mano de coraje incluso para hablar con un extraño, para contestar al teléfono o hasta para ir al supermercado para proveerte de alimentos. No digamos ya para hablar en público. Lo mismo que un músculo que ejercitas cada día , el valor crece merced a este uso diario. Va a resultar que un día en el que tu rebuscas en tu interior para encontrar ese coraje, a propósito, porque algo importante está en juego, llegas a descubrir su poder y su fuerza por primera vez.
En el trabajo “El miedo cura” de Lissa Rankin, descubrimos, sorprendentemente que valor y coraje no son lo contrario de miedo. Lo contrario de miedo es alegría. Quizás pensásemos que alegría es lo mismo que felicidad, pero la alegría es más duradera que la felicidad. la capacidad para la alegría parece provenir de una incondicional relación con la vida, una voluntad decidida para mostrarse y encontrarse con cualquier cosa que te toque. Es como una apertura que nos lleva más allá de querer tener control sobre la vida a la capacidad para celebrarla. Nos catapulta desde un desencuentro con la vida a la experiencia del misterio y la admiración que residen en el mismo corazón de la vida. Y definitivamente esto puede llegar a curarnos.
Lissa Rankin nos enseña en “el miedo cura” una opción para confiar en la vida misma y el descubrimiento de que quizás no hay manera de perder a no ser que escojas no jugar, reconociendo el poder de nuestros miedos para conducirnos a nuestros propios lugares de encuentro con la salud y para liberarnos de las ataduras que se interponen en el camino de la alegría.
CUANDO EL MIEDO ES NUESTRO AMIGO
Hay situaciones en que nuestro cuerpo
y nuestra mente experimentan un miedo real: estás siendo víctima de
un atraco con alguien apuntando tu sien con un revólver, un
pavoroso incendio amenaza tu hogar con tus hijos dentro…El tipo de
miedos para los que nuestro cuerpo está perfectamente diseñado
para sentir cuando nuestra vida está en peligro. Mi miedo desata la
reacción que el fisiólogo Walter Cannon, en Harward muchas décadas
atrás denominó la respuesta “fight-or-flight “(lucha o huye) o
respuesta al estrés, que viene a ser un sano mecanismo de
supervivencia diseñado para poner mi cuerpo en alerta total en caso
de que sea necesario o llevar a cabo una tarea hercúlea de fuerza
inevitable para salvar mi vida o la de mis seres queridos. En este
tipo de situaciones, claramente, el miedo, es bien venido, es tu
ángel protector.
Sin esta clase de miedo estaríamos poniéndonos continuamente en las más arriesgadas situaciones. Cuando se desata una apropiada respuesta al estrés, los mecanismos naturales de supervivencia de tu cuerpo te protegen. Esta clase de miedo beneficia directamente tu salud, salva incluso tu vida.
Sin embargo, en las actuales
condiciones de la vida, al menos en determinadas zonas de nuestro
planeta, es circunstancia poco probable que la vida o alguno de tus
miembros estén bajo una amenaza real. A lo largo de los períodos de
la evolución como especie nos vimos necesitados de estos instintos
primarios más a menudo dada nuestra vulnerabilidad a los
depredadores, los elementos, el hambre o la enfermedad. Por fortuna
las cosas han cambiado, con las salvedades que anotábamos antes,
Pocos de los que estén leyendo esto corren el riego de ser comidos
por un tigre o morir de hambre.
La mayoría de los miedos que nos invaden hoy, existen solamente en nuestra imaginación.
La mayoría de los miedos que nos
asolan hoy en día solamente existen en nuestra inteligencia. Apenas
hay amenazas reales en el sentido de que tu vida esté en peligro,
, pero la amígdala, parte esencial del cerebro emocional no distingue la diferencia y empuja al sistema nervioso a una innecesaria respuesta al estrés. Nuestros mecanismos de defensa funcionan equivocadamente y acabamos sintiendo un miedo inapropiado que perjudica nuestra salud y nos lleva a un innecesario sufrimiento.
En estas condiciones lo normal es que pienses que si el miedo te hace sufrir lo apropiado es deshacerte de él.
Pero profundicemos un momento en esto. Qué tal si resultase que el miedo no fuese algo que evitar, resistir ni de lo que tengas que sentir una profunda vergüenza? Y si el miedo estuviese aquí justo para ayudarte Y si el miedo fuese el dedo apuntador hacia todo lo que se interpone entre ti y un sano bienestar?.
La mayoría de nosotros empleamos una
gran cantidad de energía a lo largo de nuestras vidas en montajes
para evitar lo que más tememos, pero el miedo puede ser el
mensajero que te está avisando de lo que todavía queda por sanar en
tu vida. Por ejemplo si tienes miedo de sentirte vulnerable y abrir
tu corazón al amor, este miedo te está lanzando un mensaje acerca
de las heridas de rupturas del pasado que necesitan ser tratadas con
toda tu capacidad de ternura y amor.
Si queremos tener al miedo como aliado nuestro, tenemos que saber cómo responder cuando aparece. Si tu vida está en peligro inminente, el miedo te pone en acción, pero cuando existe sólo en tu imaginación es cuando necesitas recoger el mensaje que está intentando hacerte llegar. Si no se encara de esta manera el miedo se adueña de ti y dirige tus decisiones.
Transformar tu relación con el miedo exige discriminar entre el miedo que apunta a lo real, peligro presente, y el miedo que está enseñándote acerca de los puntos ciegos y los puntos de partida de tu crecimiento personal.
todo ser humano experimenta en algún momento de su vida ambas clases de miedo y ambos pueden ayudarte.
LiSSA RANKIN, en “el miedo cura” nos enseña a descubrir, a desenterrar nuestro coraje natural de manera que el falso miedo nos ayude también a crecer , en lugar de dejar que nos dirija la vida , destruyéndonos la salud , robándonos alegría. En lugar asumir las órdenes de los pensamientos asociados a los miedos falsos, Lissa Rankin nos da en su libro estrategias para aprender a filtrar los mensajes del miedo apoyándonos en lo que ella denomina : el piloto interior”